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lunes, 21 de diciembre de 2015

Un genio anda suelto por Brooklyn: Ricky, 15 asistencias

Un genio anda suelto por Brooklyn: Ricky, 15 asistencias

El base español realizó otro partido magistral en el pase, fundamental para la victoria de los Wolves. Empata su mejor marca de la temporada.


Un genio anduvo suelto este domingo por un Barclays Center que tuvo de anfitrión de lujo a Sir Paul McCartney. Y el exmiembro de los Beatles no pudo elegir mejor día para dejarse caer por el pabellón de los Nets. Estaba Ricky. Uno de los mejores Rickys que se han visto esta temporada, por cierto. No llegó a recordar al del debut magistral en Los Ángeles, pero casi. Porque el base español sacó de su interminable chistera movimientos, cambios de ritmo y pases que volvieron locos a los de Lionel Hollins... y a las cámaras de televisión. Cada vez que subía el balón, ya fuera en transición o en estático, se notaba algo especial. Rubio repartía a diestro y siniestro, sin contemplación. Y de esa forma las asistencias fueron cayendo: 6 en el primer cuarto, 5 en el segundo, 2 en el tercero y 2 en el último periodo. ¿Total? 15 pases a canasta que dieron la undécima victoria de la temporada a sus Timberwolves.Empatada su mejor marca de la temporada (Blazers) y es la máxima fuera de casa este curso (la anterior fueron las 14 ante los Lakers) y la misma histórica (15 en Dallas en 2014). Datos.
Su infinita labor en la dirección (+19 con él en el campo) dio un triunfo de mérito. Los Nets son un equipo bastante bipolar. Limitado y con jugadores muy alejados de sus mejores años (Joe Johnson), la franquicia de Brooklyn es capaz de vencer en dos ocasiones a los Rockets y de poner en apuros a Cavaliers y Warriors, pero también de perder, con este, cinco partidos seguidos y en sólo uno de ellos llegar a los 100. Un drama que se observaba nada más empezar el partido. El desacierto en las primeras fases fue la tónica general. En los cuatro primeros minutos, el aro se hizo pequeño: 3-14 entre ambos, pero 8 puntos de Dieng (20 puntos y 10 rebotes) dieron la primera clara ventaja a los Wolves (16-26, al acabar los 12 minutos de inicio). Con Ricky en el banquillo, baluarte en el ataque, Brooklyn se resistía a caer sin pelear. Zach Lavine (-8 en con él en pista y picos que superaron el -15) se veía superado y los Nets empataron (36-36). Tenerle de base suplente es un grave problema. Brook López, una isla en este equipo (20 y 12) y Bargnani (11) capitanearon esos momentos de lucidez neoyorquina. Un espejismo. Rubio volvió y en lo que dura un pestañeo todo se normalizó (36-45).
Fueron los mejores momentos del español, le costaba anotar (8 tantos con 1/6 en tiros de campo), pero ¡madre mía como movía el balón! Un pase de fantasía a Dieng, su amigo del alma esta noche, levantó al público y un robo con pase a la carrera a Towns (24 y 10) lo sentó desanimado por esa master class de lo que se debe hacer para llegar al descanso 9 arriba (43-52).
Desde ahí, los Wolves vivieron de las rentas. Pequeños arreones y la debilidad local, les permitía ir creciendo y sentenciando (53-63 de inicios del tercer cuarto; 79-97, 3:17 del último) y dar minutos de confianza a hombres como Zach LaVine, que pudo maquillar su labor con mayor tranquilidad sobre el parqué. Al final 85-100. Brooklyn se quedó pequeño para Rubio. Disfruten con su partido, es digno de un museo.

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