Un genio anda suelto por Brooklyn: Ricky, 15 asistencias
El base español realizó otro partido magistral en el pase, fundamental para la victoria de los Wolves. Empata su mejor marca de la temporada.

Su infinita labor en la dirección (+19 con él en el campo) dio un triunfo de mérito. Los Nets son un equipo bastante bipolar. Limitado y con jugadores muy alejados de sus mejores años (Joe Johnson), la franquicia de Brooklyn es capaz de vencer en dos ocasiones a los Rockets y de poner en apuros a Cavaliers y Warriors, pero también de perder, con este, cinco partidos seguidos y en sólo uno de ellos llegar a los 100. Un drama que se observaba nada más empezar el partido. El desacierto en las primeras fases fue la tónica general. En los cuatro primeros minutos, el aro se hizo pequeño: 3-14 entre ambos, pero 8 puntos de Dieng (20 puntos y 10 rebotes) dieron la primera clara ventaja a los Wolves (16-26, al acabar los 12 minutos de inicio). Con Ricky en el banquillo, baluarte en el ataque, Brooklyn se resistía a caer sin pelear. Zach Lavine (-8 en con él en pista y picos que superaron el -15) se veía superado y los Nets empataron (36-36). Tenerle de base suplente es un grave problema. Brook López, una isla en este equipo (20 y 12) y Bargnani (11) capitanearon esos momentos de lucidez neoyorquina. Un espejismo. Rubio volvió y en lo que dura un pestañeo todo se normalizó (36-45).
Fueron los mejores momentos del español, le costaba anotar (8 tantos con 1/6 en tiros de campo), pero ¡madre mía como movía el balón! Un pase de fantasía a Dieng, su amigo del alma esta noche, levantó al público y un robo con pase a la carrera a Towns (24 y 10) lo sentó desanimado por esa master class de lo que se debe hacer para llegar al descanso 9 arriba (43-52).
Desde ahí, los Wolves vivieron de las rentas. Pequeños arreones y la debilidad local, les permitía ir creciendo y sentenciando (53-63 de inicios del tercer cuarto; 79-97, 3:17 del último) y dar minutos de confianza a hombres como Zach LaVine, que pudo maquillar su labor con mayor tranquilidad sobre el parqué. Al final 85-100. Brooklyn se quedó pequeño para Rubio. Disfruten con su partido, es digno de un museo.
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